Texto: Pollorock
Mis queridos lectores un placer como siempre poder leernos y seguir contándolo ante este horrible momento que vive la humanidad. Ahora estamos festejando a nuestra niñez, la cual está muy olvidada, alejada y encerrada en un mundo descontrolado; pero bueno no es de choros al contrario, ¿quién no fue niño y disfrutó de todo un sin fin de locuras y descubrimientos?
Hoy quiero platicar con ustedes de un par de atrevidos que se arriesgaron a construir un proyecto maravilloso que estoy seguro a muchos nos llevó a vivir en un mundo de ilusiones, ellos son los ya veteranos pero no por eso menos explosivos Los Qué Payasos, rock para niños y no tan niños.
Tuve oportunidad de verlos en mi delicada niñez (ya que mi madre me tenia convertido en un ñoñalez cualquiera) en el ya desaparecido parque de diversiones llamado ‘Reyno Aventura’, al sur de la ciudad. Recuerdo perfecto que tendría la edad de cuatro o cinco años, los sábados mis padres me llevaban a ese parque y pude desayunar con personajes importantes de la época para niños como lo serían el famoso ‘Tío Gamboín’, ‘El gato GC’, o ‘Cositas’; pero sin duda los que la rompieron y machín fueron los Qué Payasos, con su estruendo de guitarras, recuerdo como el gran ‘Beto Batuca’ y el inigualable ‘Nacho Mostacho’ nos hacían vibrar a todos los escuincles que bailamos y gritamos con la presencia de esos dos seres que nos llenaron de emoción en esos momentos.
Yo agradezco al supremo darme la oportunidad de poder tener una infancia llena de sueños que me permitieron ser tan feliz, y también de hoy en día poder contar con la fortuna de entrevistar una vez más a este gran par.
Platicamos de mil cosas, pero primero les pregunté por qué ser payasos y en un tiempo donde los grandes eran el popular ‘Cepillín’ y ‘Bozo’, entre otras estrellas de la risa:
No podía esperar una mejor respuesta; son casi cuarenta años ininterrumpidos de la carrera de los Qué Payasos, no se arrepienten de nada al contrario aún tienen mucha pila por delante y miles de shows por dar.
Beto Batuca, muy a su estilo dice que abril es el mes de la ‘niñiza’ y mayo el mes de la... “quién sabe de qué mes será” y ríe:
“Cada día es más difícil hacer reír a un niño con los grandes personajes de antaño y con esto me refiero a los bellos payasos, de esos que sanamente te arrancaban una risa y te hacían reír, disfrutar y sentirte pleno en la infancia; ahora los aparatos acaparan las miradas infantiles y cada vez más lejos se ven las caras pintadas pero bueno es parte de un cambio que nosotros mismos hemos ido permitiendo, nunca es tarde para reencontrarse y no dejar de ser niño.
En este año tan de ciencia ficción -así como el pasado- igual a lo que Dick Tracy o Julio Verne podrían determinar para nosotros los humanos, es verdaderamente una época de ciencia ficción; sin embargo:
“Algo que es muy padre y hay que entender o tomar en cuenta es que no hay nada mas maravilloso que saberse niño, que fuimos niños, ese ser fantástico que se permitió crecer y desarrollarse pero que no se nos olvide nunca el niño que llevamos dentro, ese no debe desaparecer nunca”.