El coronavirus llegó para cambiar nuestras vidas, la industria y, evidentemente, nuestra perspectiva del mundo. La música lo padece y ante la situación, se han tomado medidas para seguir en movimiento, aunque sea simbólicamente desde casa o en un automóvil. Eso lo demostró el cantante danés Mads Langer, quien ofreció un concierto a 2,000 personas dentro de 500 carros y compartió su peculiar aventura.
Desde que inició la contingencia, Mads Langer continuó su actividad musical mediante conciertos en streaming. Los shows en Copenhage se habían cancelado y Mads estaba en búsqueda de alternativas. La industria en Dinamarca estaba planteando hacer un auto-concierto. Cuando amigos suyos le preguntaron si estaría interesado en participar en el primero, él accedió complacido.
“Cuando el día se aproximaba, estaba poniéndome realmente nervioso, no sabía como prepararme para este concierto. He dado muchos conciertos a lo largo de mi carrera, pero este era uno completamente nuevo. No sabía qué esperar. ”
Los planes se concretaron un domingo en la noche, los boletos se pusieron a la venta el martes y el concierto fue programado para el viernes en el parque Tangkrogen, en Aarhus, Dinamarca. Increíblemente, las entradas se agotaron en cuestión de minutos.
El día del concierto, el área fue llenándose de autos en un espacio donde regularmente se reúnen de 30 a 40 mil personas. Y pese a tratarse únicamente de 2,000 expectadores, para Mads Langer fue una experiencia bastante intima, en la que cada auto era una pequeña habitación con 4 personas.
“Al final, el concierto no fue para nada como esperaba”
Tras la primera canción, buscó como establecer comunicación con sus espectadores. Mediante una conferencia en Zoom, logró contactar con cada uno de ellos. De esta forma, el concierto se construyó mediante complacencias y conversaciones. El diálogo fue más intimo de lo que cabía esperar.
En una de las complacencias, al preguntar el motivo de la canción elegida, la mujer respondió que había realizado una coreografía con un grupo de danza para un programa de televisión, pero quedó embarazada y tuvo que verlo desde casa. Lager le preguntó si aún sabía la coreografía y al recibir una respuesta positiva, la invitó al escenario a que bailara para él y la audiencia.
“Esto será algo que nunca olvidaré”
El público logró organizarse, bajaron las ventanas izquierdas de sus vehículos y ondearon sus manos al ritmo de la música. Al finalizar la gente aplaudió con ayuda de la carcaza de sus vehículos, otros sonaron sus cláxones y unos pocos simplemente sacaron ambas manos para ovacionarlo.
“Puedes seguir haciendo aquello que amas en el momento, sólo tienes que repensar la forma en que lo llevas a cabo […] Esta situación puede ser una gran lección para todos si lo reflejamos en cómo podemos cambiar nuestras vidas para mejor”
Texto: Fani Bárcenas
