Chris Cornell nació el 20 de julio de 1964 en Seattle, la ciudad del noroeste de Estados Unidos considerada como la "cuna del grunge".
Durante su adolescencia fue mayormente un joven solitario que padecía de agorafobia y ansiedad, hasta que el rock le ayudó a superar su dificultad para relacionarse con los demás.
La pasión es el motor de la ansiedad para crear, y en contraparte, el stress como gasolina de la ansiedad causa autodestrucción. Los creativos al estar más en contacto con sus neuronas y sentidos suelen irse a los extremos; por un lado tienen la capacidad de crear una gran obra ante cualquier tipo de adversidad, en un día, en una hora, en un segundo, y en dirección opuesta, pueden destruir, quebrar parte de su vida en un instante.
El frontman de Soundgarden, tomaba el fármaco Ativan, un medicamento contra la ansiedad y el insomnio que, puede llegar a tener como efectos secundarios “pensamientos paranoides o suicidas, balbuceo y alteración del juicio”..
No es fácil el estar en un estado zen todo el tiempo, y creo podríamos dejar de cuestionar momentos, decisiones de nuestros referentes, ya que el estar en los zapatos de alguien que sufría ataques de ansiedad y depresión como en el caso de Chris Cornell, va más allá de:
Si lo tenía todo ¿por qué lo hizo?.
No, el problema no es tan básico.
En un investigación del Karolinska Institute de Suecia, utilizaron un registro de pacientes psiquiátricos, le dieron seguimiento a 1.2 millones de suecos y a sus familiares. Los pacientes mostraron condiciones que iban desde esquizofrenia y depresión a TDAH y síndrome de ansiedad.
Ellos descubrieron que las personas que trabajan en los campos creativos, incluyendo a los bailarines, fotógrafos y autores, tenían un 8% de mayor probabilidad de padecer trastorno bipolar. Los escritores tenían un sorprendente 121% de mayor probabilidad de padecer esa condición y casi un 50% de mayor probabilidad de cometer suicidio que la población en general.
Kyaga, es consultor en psiquiatría en el Hospital Universitario Karolinska
Así, podemos ubicar que no todo tiene que ver con la fama, con el dinero, con los seguidores, con la familia, es una decisión que va más allá de lo que podríamos pensar.
Entenderlo, nos ayudaría a reconocer a los artistas como seres humanos mucho más complejos de lo que podemos pensar.
No, no todo es culpa del grunge, Chris Cornell
Texto: Andrés Villela