Francisco Barrios "el Mastuerzo", un poeta en Acatlán

 
Foto: Coordinación de Comunicación Social FES Acatlán.

Foto: Coordinación de Comunicación Social FES Acatlán.

Francisco Barrios “el Mastuerzo” se presentó ante la comunidad universitaria en el Teatro Javier Barros Sierra de la FES Acatlán después de 35 años, incluyendo en su presentación citas del filósofo Martin Heidegger y citando a Ryszard Kapuścińsk, advirtiendo que más de 50 minutos cantando sus rolas y la lectura de sus poemas, resulta antipedagógico.

El barbado personaje rasgueó apasionadamente la lira acústica con sus uñas rojas.

Integrante del sexto piso, tercer dan y casi cinta negra, el Mastuerzo ofreció un memorial musical incluyendo el barrio, los amigos, las amantes, los ‘pisicólogos’, sus ídolos con los que creció: Tin Tan, Pérez Prado, Viruta y Capulina; la rebeldía, el EZLN y muchos otros recuerdos que están presente en cada una de las melodías que escucharon los universitarios. 

El intérprete agradeció porque pudo regresar después de 35 años a la hoy FES Acatlán, como si fuera ayer rememoró esa presentación que hizo junto a El Cucurrucucú (Armando Vega-Gil) y El Uyuyuy (Sergio Arau).

Muero por vivir, ALV (Algo lindo vendrá), El ropavejero, las primeras canciones que interpretó, entre una y otra leyó su poema Dónde están las pin… llaves, momento en el que citó a Heidegger, enemigo de la guerra, además, leyó algunos versos que están camino a convertirse en rolas futuras.

“Quién escribe poesía construye un resguardo de su propia consciencia”.

Martin Heidegger

Recordó a los “muéganos” (muertos): Rita Guerrero, Lalo Tex, sin faltar Vega Gil, de quien rememoró algunas anécdotas, como cuando el finado le pidió le escribiera una canción mientras conquistaba la cima del Aconcagua, misma que sirvió como prólogo para a uno de sus libros y la letra de La ventana y el umbral.

 
Foto: Coordinación de Comunicación Social FES Acatlán.

Foto: Coordinación de Comunicación Social FES Acatlán.

 

Por momentos, en el recinto universitario el tiempo se detuvo al escuchar los estribillos y cacofonías en las canciones que lo mantienen atado a la época de los Botellos, como La mamá de Tarzán, a propósito de Kapuścińsk, corresponsal de guerra, todavía se dio tiempo para el “pilón”, tres canciones: Niña de mis ojos, dedicada a su hija, quien ahora cuenta 38 años, Cuando vienes a cagar a la casa, para los “mala onda” que no fueron al concierto y cerrar con Luna Misteriosa.

“Para entender hacia dónde vamos no hace falta fijarse en la política, sino en el arte“.

Ryszard Kapuściński

Texto: Coordinación de Comunicación Social FES Acatlán.