Hace algunos años tuve un programa de radio enfocado solo a bandas locales de Monterrey, tanto conocidas como emergentes. Después de poco más de un año desistí porque era muy difícil hacer que fueran al programa o que enviaran su material, y yo no tenía el tiempo para andar consiguiendo información por mi cuenta o andar detrás de las bandas.
Algunas semanas atrás, platicaba de eso con una amiga locutora de radio. Cuántas veces en nuestros medios nos preocupamos por difundir bandas emergentes o de otras latitudes, compartimos su música e información, y sin embargo ellos no comparten el espacio que se les da. Me ha pasado muchas veces que, en el programa de radio que tengo en Ruido Blanco, menciono a los artistas que programaré con la esperanza de que ellos compartan la información, pero no lo hacen, sólo queda un silencio digital. Aquí mismo en La Zona Sucia hemos publicado notas con músicos y bandas que hacen mutis y no comparten el contenido ni porque se trata de ellos.
Tengo más de veinte años dentro de la música y la queja siempre ha existido: los medios no le dan espacio a las propuestas emergentes o independientes. Pero ¿a qué medios se refieren? Obviamente a los tradicionales, a los masivos, a los que tanto se critica en el discurso porque, cuando un medio pequeño o independiente pide el apoyo del músico o de la banda, la respuesta es como si ellos le hicieran un favor al medio. Y no, pasan los años y no entendemos que esta es una sinergia que debe funcionar en conjunto. En los medios masivos, los más grandes, es difícil que le den entrada a propuestas musicales nuevas o no tan comerciales, que son la mayoría. Incluso en muchas estaciones de radio o en los principales periódicos ya no se habla casi ni de las bandas que son parte de la historia del rock nacional. Y sin embargo, para muchos músicos estos medios que no les hacen caso son los importantes, y desdeñan a los más pequeños o independientes.
Mientras los músicos y bandas no entiendan que ellos también son parte de una estructura de difusión para dar a conocer los espacios donde sí se habla de ellos, el engranaje de la música independiente seguirá estancado.
La cuestión es, ¿por qué hablar y dedicarle espacio a bandas y músicos que no son recíprocos? Nadie le hace un favor a nadie, se trata de dos eslabones de un engranaje que solo funciona si sus partes se mueven en la misma dirección. Nosotros como medios no tenemos la responsabilidad de hablar de nadie. Tenemos la responsabilidad de hacerlo de manera profesional e informada, pero no tenemos la obligación de hablar de ningún grupo ni de ningún artista.
Hay una considerable cantidad de medios independientes, todos de diversa calidad, unos mejores y otros peores, pero hay suficientes espacios independientes que buscan difundir música. Sin embargo, muchos de estos son desdeñados por las bandas, y no solo por las conocidas, sino las nóveles también. Desde luego que no se trata de hablar de todas y todos, deben existir filtros para decidir a quién darle el espacio, porque todo tiene que ver con la calidad. Yo, como parte de un medio, no escribo sobre cualquier banda que se acerque, y tampoco las bandas van a compartir cualquier página que los mencione. Sin embargo, hay mucho trabajo bien hecho, incluso mejor que en los medios grandes, y las bandas no lo comparten ni aunque se trate de ellos.
Las bandas y los músicos no son parejos y piensan que no tienen por qué compartir la información donde hablan de ellos porque muchas veces ni siquiera se dan el tiempo de leerlo o escucharlo. Y mientras los músicos y bandas no entiendan que ellos también son parte de una estructura de difusión para dar a conocer los espacios donde sí se habla de ellos, el engranaje de la música independiente seguirá estancado y la queja seguirá: no hay espacios para las bandas independientes. Lo más preocupante de eso es que sí los hay, pero los músicos y bandas no los conocen y no saben quiénes escriben y hablan de música.
Texto: Homero Ontiveros.